Hellboy, 25 años de leyenda
- Editorial Druida
- 3 abr 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 6 abr 2019
El pasado 23 de marzo se cumplían 25 años desde aquella noche en la que Hellboy surgía rodeado de llamas en East Bromwich. Desde Druida queremos rendir homenaje a la obra magna de Mike Mignola.

Años 90 en Estados Unidos. Friends comenzaba a dar sus primeras palmas, Laura Palmer provocaba insomnio, Tarantino entraba por la puerta grande del séptimo arte al son de Little Green Bag, Whitney Houston llegaba a notas que sólo ella podía, Slash era imitado por todo aquel que tuviese una guitarra y el deporte era reinventado por Jordan mientras el gran Andrés Montes a falta de 15 segundos narraba “bienvenidos al vuelo número 23, aerolineas Jordan…” para que Antoni Daimiel terminase diciendo “Dios volvió a disfrazarse de jugador de baloncesto”. ¿Y qué pasaba en el mundo del cómic?
La muerte de Superman salía en los informativos de Estados Unidos, Thanos conseguía su preciado guantelete gracias a Jim Starlin, Alex Ross elevaba el cómic a la enésima potencia con Marvels y Kingdom Come, los mejores dibujantes de Marvel abandonaban en masa la compañía para fundar Image Comics, Rob Liefeld era amado por todos y patrocinaba anuncios de Levi´s, Marvel se declaraba en bancarrota... Y entonces llega Mike Mignola a Dark Horse Comics para empezar la leyenda de Hellboy.
Dark Horse por aquel entonces era la tercera editorial más importante del cómic americano, contaba con autores como Frank Miller (300, Sin City), Dave Gibbons (Martha Washington Goes to War, Watchmen) y John Byrne (Superman: el Hombre de Acero, Next Men). En 1994 llega Mike Mignola con menos experiencia que el resto de autores y con algo de timidez a la hora de guionizar sus propias historias, por lo que pide ayuda a John Byrne para que se encargase del guión de su primera historia mientras él se encargaba del apartado artístico al completo. Así pues se publica Semilla de Destrucción, miniserie de cuatro números que cala hondo entre los lectores y tras la que Mignola decide tomar las riendas de su obra para asentar las bases de lo que iban a ser 25 años de historietas.

Hellboy lleva la contraria a lo que estaba siendo el cómic por aquello años. Mientras que entre los lectores triunfaban las historias de superhéroes fisicoculturistas a las órdenes del gobierno, armados hasta los dientes y cuyos colores eran más que llamativos (véase X-Force de Rob Liefeld), Mignola creaba un antihéroe rodeado de sombras, de cuerpo tosco, con unos cuernos partidos y un enorme puño de piedra con el que se enfrentaba a lo paranormal a base de puñetazos y con una gran pistola que no sabía utilizar. Mientras que las demás compañías optaban por un enfoque futurista, Mignola se aferraba al folclore, al terror de los años cincuenta, a H.P. Lovecraft y a Jack Kirby. Vayamos al lío.
A finales de la Segunda Guerra Mundial un grupo de nazis está llevando a cabo el proyecto Ragnarok con el que esperan invocar a un demonio que será definitivo para tomar el control del mundo. Para la invocación cuentan con la ayuda de Rasputín (¿creías de verdad que estaba muerto?) pero un fallo de coordenadas hace que el pequeño demonio acabe en manos del ejército norteamericano. A partir de entonces será criado por el Profesor Bruttenholm, quien le da el nombre de Hellboy, y formará parte de la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal (AIDP) donde comenzará su aventura para proteger al mundo de hombres lobo, hechiceros, gigantes, brujas, monstruos abisales, fantasmas, dragones…


A lo largo de su aventura recorrerá el mundo, mayormente Europa, para resolver todos los casos paranormales que le son asignados a la vez que descubre su verdadera identidad. ¿Por qué era la clave del Tercer Reich para dominar el mundo? ¿De dónde viene? ¿Qué es su mano de piedra? ¿Cuál es su verdadero nombre? No es el único que busca las respuestas y es que a lo largo de su viaje deberá enfrentarse a una larga galería de “villanos” como Rasputín, Baba Yaga, un jabalí, la diosa Hécate, la Reina de Sangre… y en último lugar él mismo. A pesar de ser criado por humanos y de tener más humanidad que muchos, la realidad es que sigue siendo un demonio venido del averno cuyo único destino es comenzar el Apocalipsis, destino que rechaza a base de puñetazos, sangre y alcohol.

Llegados a este punto puede parecer una serie demasiado tétrica y oscura pero en absoluto, Hellboy es un tipo con un particular sentido del humor que le lleva a reírse en cualquier situación aunque su vida corra peligro o esté frente a una diosa de la antigua Grecia a punto de empezar una guerra. Este humor y el terror de la serie hacen la combinación perfecta.

Mignola ha llegado a la cima del noveno arte y se codea con obras como Sandman de Neil Gaiman o La Cosa del Pantano de Alan Moore. Ha dejado, y está dejando, páginas que podrían ser expuestas en museos y cuyas composiciones merecen ser analizadas una a una, viñetas que quedan en la retina, frases que erizan la piel y una historia llena de mitología que acaba convirtiéndose en mitología en si misma, el Mignolaverso. Pronto llegará a su final pero...
But if there must to be an end, let it be loud. Let it be bloody. Better to burn than to wither away in the dark.

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